Día 16. Lo digo hoy, y me comprometo a no repetirlo en toda la semana: voy a extrañar mucho Le Cordon Bleu. El ritmo es intenso, los profesores muy exigentes y no he hecho nada más que estudiar y practicar en las últimas tres semanas, pero me encanta la experiencia, el método, las recetas que elaboramos, y las emociones que me genera este estilo de vida y trabajo. Lo voy a echar mucho mucho mucho de menos, de verdad...
Estamos viviendo la última semana de curso, en la que además de disfrutar aprendiendo nuevas elaboraciones (prepararemos croissants, pain au chocolat y brioche) debemos encontrar tiempo, en casa, para practicar todo lo anterior, pues comienza la cuenta atrás para el examen final y esto es va a ser un festival de tartas, a razón de un par de ellas por día...
Durante el fin de semana he preparado una tarta de manzana (que he llevado a la escuela para tener la valoración del chef, positiva por cierto), una tarta de moka y, de nuevo, las malditas galletas Diamant.
Acabo de llegar a casa y he horneado un bizcocho genovés de chocolate para preparar mañana una tarta selva negra.
Mañana prepararé en clase una Charlota de peras y luego en casa tengo previsto montar la tarta Selva Negra y practicar manga pastelera, cuanto más practique mejor me irá el examen, seguro...
Y por la puerta acaban de entrar unos sacristanes que son unos bastoncitos de hojaldre con frutos secos y canela, que forman parte de las viennoiseries (o bollería, en castellano), y además hemos preparado esta tarta llamada Galette des Rois, el típico postre de reyes francés, con base (y tapa) de hojaldre y relleno de crema frangipane, que es una deliciosa mezcla de crema pastelera, crema de almendras y licor Cointreau.
No hay ser humano que pueda comer tanto dulce al día. Así que a partir de mañana voy a ir tocando a las puertas del bloque, para ir regalando mis tartas a los vecinos desconocidos. Es lo único que se me ocurre para ir dándole salida a tanta tentación.
Pero si estais por Madrid, y os apetece ejercer de catadores, avisadme ;-)
PD: la valoración del chef Bertrand ha sido "está bastante bien". En el caso de los sacristains, como siempre, mejorar regularidad. En el caso de la Galette des Rois, le sobra barniz en los extremos, regularidad al dibujo, y el chiquitage es mejorable. 'Bastante bien' es mejor que 'no está mal' que es la frase más escuchada en la escuela :-)))
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