Qué gozada, disfrutar de unos días de buen tiempo, con un poco de todo lo que la temporada ofrece y merecemos: un chapuzón en la playa al caer la tarde, con vistas al Ferrutx; cenar calzones y lambrusco en una terraza; disfrutar de un domingo por la mañana tendida al sol leyendo la biografía de Frida Kahlo, mientras los pequeños hacen castillos de arena; dejar pasar la tarde leyendo los periódicos; pasear por el barrio, charlar, reir, mientras la panificadora prepara un ciabatta.
Al caer la noche bucear en la red para ultimar mi próxima quimera, que me ilusiona mucho, mientras espero que el pan esté a punto para, después, saborearlo calentito.
Qué gozada... y qué pena que el verano no dure eternamente...
lunes, 3 de septiembre de 2007
Cuando calienta el sol...
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