domingo, 9 de octubre de 2011

Libros, libros...

Alocución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931:

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía.

Esta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuántos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos.

Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan.

Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de
un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene
medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros
los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras.

Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve
infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera."
Simplemente hojeando las últimas incorporaciones a la biblioteca de la panadería siento cómo me aumenta el nivel de endorfinas, cómo el alma se alegra, cómo la imaginación vuela lejos, lejos...

- Michel Roux: Masas saladas y dulces. Técnicas culinarias y recetas. Elfos, 2010
- Ana Bellsolà: Pan en casa, del horno al corazón. Océano Ámbar, 2011
- Marianne Magnier-Moreno: Pastelería, 70 recetas ilustradas paso a paso. Escuela de Cocina Grijalbo, 2008
- Paul Gayler: Panes del mundo, desde los panes tradicionales hasta los más exóticos. Blume, 2007
- Roger Pizey: Caprichos de repostería, desde profiteroles hasta florentinas. Blume, 2008
- Y la última sorpresa del buzón: Tarejk Malouf : The Hummingbird Bakery: cupcakes and muffins.Ryland Peters, 2010.

4 comentarios:

Rosilet {Sugg-r} dijo...

Enhorabuena por tus nuevos tesoros. Te echamos de menos ayer, espero nos veamos en la próxima enharinada! O en la cena, claro.
Besos!

jantonio dijo...

Veo que coincidimos en muchos títulos, sobre todo de pan. Aunque la verdad no horneo casi nada ultimamente, no tengo mucho tiempo.
Un saludo.

aprendizdepanadera dijo...

gracias Rosilet! Sí, nos vemos en la próxima cita a manteles :-)

jantonio, tu estás enterado que los gastrobloggers nos vamos de cena? mandame un email si no te ha llegado la convocatoria

abrazos a ambos!
m.

Monica dijo...

estoy parando en un hotel en buenos aires justo aproveche para comprarme un monton de libros, a mi me encanta leer tambien