Hace poco me apunté a una clase de mermeladas que daban en la Escuela de Hostelería de la UIB, el tema me llamaba bastante la atención porque nunca lo había intentado en casa. Estuvimos preparando de tres tipos -fresa, tomate y berenjena (por el color las podais distinguir, en la imagen)-, a cual más rica. Al acabar la clase las estuvimos degustamos con un pan dulce, que después he preparado un par de veces porque sinceramente está riquísimo y aguanta bien durante la semana, está empezando a ser obligatorio para el desayuno... Lo de las mermeladas, sin embargo, ha resultado ser harina de otro costal...
La primera, hecha con limones del huerto, se me pegó al fondo de la olla. Entono el mea culpa, por desatenderla hablando por teléfono, olvidé removerla de vez en cuando. La segunda, de naranja, empezó bien porque tras la lección anterior cuidaba de cerca la cocción para que no se pegara. Sin embargo en la tercera mañana, porque la mermelada debe cocerse tres días, cuando iba a realizar la correspondiente cocción, descubrí que un poco de almíbar de naranja debía haber bajado goteando por el lateral de la olla hasta alcanzar la vitrocerámica y al enfriarse durante la noche, como si fuera un pegamento, había sellado olla y vitrocerámica. Como no había movido la olla de sitio tras apagarla, el día anterior, se había solidificado y era imposible moverla. Mis intentos para despegarlas fueron nefastos, porque acabé cargándome el cristal. Resultado: ocho días sin vitrocerámica, y un golpe certero al ego de esta aprendizdepanadera con aspiraciones de Lady Marmalade. Eso sí, conservé la casi-mermelada en la nevera y terminé la cocción en cuanto recuperé mis fogones. Sin separarme ni un segundo de la cocción, mirando fijamente la cuchara cada vez que la sacaba de la olla para que ni una minúscula gota cayera en la vitrocerámica.
Me animo a contar esta batallita después de leer un artículo: "Doña Paciencia en el día a día y las mermeladas como terapia". En el artículo se explica perfectamente la importancia del tiempo, de la lentitud y la paciencia, en la cocina y como elaborar mermeladas nos puede servir para mejorar nuestra actitud en la vida pues como muchos otros platos, genera ideas y supone contemplar y respirar cada momento, comprender los procesos, reflexionar sobre los gestos que acompañan a su elaboración... Todo ello tiene mucho sentido para mí. Y quizás tomarme una cucharada de la "mermelada de pasiones sublimadas" que recomienda el artículo, una vez al día, calmaría mi impaciencia...
Mermelada
Ingredientes: fruta, azúcar, 1 rama de canela, 1 rama de vainilla.
Elaboración: Cortar las frutas, en trocitos pequeños, eliminando piel y pepitas. Si llevan piel, las pieles pueden dejarse 24 horas en agua, para suavizar el sabor, e incorporarse cortadas en juliana. Pesar la fruta y añadir la misma cantidad de azúcar. Cocer 20-30 minutos cada día, durante tres días. Según la cantidad de agua que contiene cada fruta, puede hacer falta añadir un poco de agua el tercer día de cocción. Dejar enfriar y llenar botes de cristal esterilizados. Cerrarlos y cocerlos durante 40 minutos, para que puedan aguantar un tiempo en la despensa. Si es poca cantidad y va a consumirse en poco tiempo, puede evitarse ese paso conservándola en la nevera.
viernes, 28 de mayo de 2010
La paciencia y la mermelada
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7 comentarios:
Que ricas que son....a mi me encanta la de tomate y arándanos. Gracias por la receta, me la llevo ;)
Pues sí es verdad quele echas paciencia a las mermeladas.
Yo las hago también a mano (sin thermomix), pero no estoy tres días.
Pongola fruta en maceración una tarde, una noche o unas 6 horas, con el azúcar. Ya suelta líquido.
Luego el proceso es el mismo, removiedo, oliendo, viendo y disfrutando cómo va cogiendo la textura brillante. Lo explicasmuy bien, sobre todo lo que sesiente mientras se hace.
Si quieresver las mermeladas ue tengo, pásate por mi blog. Hay pocas publicadas de momento, pero ya he hecho de fresa y manzana, de cerezas.
Un beso, y me quedaré por aquí.
besitos y que sigas disfrutando haciendo estas ricas mermeladas.
eii!!!! Vaja mala sort en la vitroceràmica , però m'ha anat molt bé la teva explicació ,perquè enguany estren vitro i cred que a les confitures les faré defota a un fogó que tenc , no sigui cosa que..... Jo també les faig bullir tres dies , ho faig així perquè ho he vist fer així i a vegades també el que faig que ho he vist fer a ca nostra és posar una llauna a davall de l'olla , supòs per evitar que es ferri . Bé ja et diré com m'ha anat a mi.
Una abraçada
Las conservas (dulces o saladas) es una costumbre que no se tendrá que eprder.
Uff!!ahora me has hecho pensar si elaborar alguna mermelada...como supongo que no tengo tanta paciencia será que nó, por ahora...pero todo se andará...Un saludo
La cocina necesita estar (con)centrada en lo que se está haciendo, abierta a ello con todos los sentidos y disfrutando del momento. Si eso no pasa, no se produce la alquimia, no sale bien lo que prepara, te olvidas algun ingrediente porque no estás atenta a la lógica de la elaboración del plato (que siempre la tiene, en ingredientes, en proceso, en tiempo) y el plato no se carga de la energía de amor que le podemos dar... creo que esos días no estaba lo suficiente (con)centrada y por eso pasaron esos percances... mi mente y mi corazón estaban centrados en otra mermelada... fueron unos días curiosos, me parece una buena forma de aprender una lección
un abrazo Caty, me alegra saber que vuelves a estar 'en activo' el tema de las paellas me encanta cuenta conmigo si quieres te cuento como la hacemos en casa...
aprendizdepanadera
Gracias por tú respuesta, por supuesto me encantaría me contaras como la cocinas la paella, estoy abierta a todo, mientras en casa vamos probando las recetas. Un beso.
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