lunes, 24 de mayo de 2010

Un domingo sin planes

Dijo Albert Einstein que hay dos maneras de vivir la vida: creer que nada es un milagro, o creer que todo es un milagro. Yo creo que la vida está repleta de milagros diminutos sólo que a días los vemos a pares, y otros en cambio hay que buscarlos con detenimiento porque el bullicio del día-a-día nos los oculta.

Por eso, a veces el mejor plan para el domingo es no tener más planes que dejarse llevar por lo que apetece en cada momento y disfrutar del tiempo libre, la compañía, la quietud.

Desayunar al sol, trastear por el huerto, descubrir las primeras flores de la buganvilla (que sobrevivió al primer invierno en casa!) y compartir una tarde de sofá y juegos regada de abrazos, besos, mimos y tequieros, con un par de milagros ya no tan diminutos.

Y al caer la tarde, decidir encender el horno para intentar una receta curiosa: magdalenas de calabaza. Y de paso, preparar un pan de centeno para pasar la semana, con 750 gr de harina de trigo, 250 gr de harina de centeno, 700 ml de agua, unos 20 gr levadura fresca y unos 15 gr sal.

Magdalenas de calabaza


Ingredientes: 500 gr de calabaza hervida y en puré, 250 gr de huevo (4 unidades), 250 gr de azúcar, 250 gr de aceite de girasol, 280 gr de harina normal, 10 gr de levadura, semillas de amapola y nueces.

Elaboración. Hervir la calabaza, enfriar y triturar. Mezclar los huevos con el azúcar, añadir la calabaza y mezclar. Añadir el resto de los ingredientes. Dejar reposar media hora y volver a mezclar. Verter en los moldes de magdalena, rellenando sólo 2/3 partes. Hornear 40 minutos a 180º.

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