He andado últimamente algo desconectada, por diversos temas: trabajo hasta las cejas, ya que todo se reactivó tras la pausa vacacional; nuevos proyectos que vamos madurando, poco a poco, entre ellos el Espai Safrà; vuelta al cole y resfriados, con los consabidos equilibrios que me demuestran el largo camino a hacer para alcanzar la conciliación familiar y laboral; huéspedes en casa, y hasta un pequeño huracán, hemos tenido en la última semana.
(la foto no es mía, procede de Flickr)
En estos días, también hubo tiempo para...
- felicitar a Antonio -provocador, original y creativo a partes iguales- por su cumpleaños y agradecerle que mencionara este blog en el suyo. Bueno en realidad le soborné con un pan jejeje
En estos días, también hubo tiempo para...
- felicitar a Antonio -provocador, original y creativo a partes iguales- por su cumpleaños y agradecerle que mencionara este blog en el suyo. Bueno en realidad le soborné con un pan jejeje
- disfrutar de la buena música del Sr Claroscuro y de Jaume Comte en el marco de una velada a la fresca organizada por Keinename en Artà
- escapar por unas horas a Eivissa (en otra vida, quiero vivir allí, la luz de la isla me tiene hechizada) y dar forma a un suculento proyecto que me unirá con Sevilla y Cádiz
- celebrar las cosas buenas que tiene la vida en Ca n'Ignasi de Pollença, como la llegada del otoño porque, huracanes aparte, es una estación que me encanta...
... y ayer, mucho antes de que la tarde de repente se tornara noche, hubo tiempo para comprar una panificadora en Müller, que ya era hora de devolver la que me habían dejado.
Prometo ponerla en marcha este fin de semana y celebrar que, tras la tempestad, ha vuelto la calma y todo a mi alrededor sigue yendo de primera.
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