Si te atreves a enseñar, no dejes de aprender. (John Cotton Dana)
Julio 2019. Cómo pasa el tiempo. Este blog está a punto de cumplir doce años.
Escribo poco pero aquí sigo, aprendiz forever. Tengo bastante que contar y hoy dispongo de tiempo para ponerme al día.
Llevo ya un par de años como profesora de cocina, así que sólo por eso he aprendido muchísimo sobre la profesión pues al tener que explicar a otras personas es cuando más me he tenido que esforzar en entenderlo yo, en estructurarlo y explicarlo de una forma práctica y lógica, y cuando más porqués me he cuestionado.

Me maravilla como la vida fue ordenando las piezas hasta que se completó el puzzle. Dijo Hermann Hesse que cuando alguien que de verdad necesita algo, lo encuentra, no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo, su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello. Creo que tiene bastante razón, mi propio anhelo me hace recorrer el camino y sortear las dificultades, siguiendo una intuición que me hacía perseverar, hasta llegar aquí.
Yo llevaba formándome cinco años seguidos, a menudo simultaneándolo con trabajos en el sector, haciendo malabarismos sobre todo los dos últimos años, que viví con bastante tensión el compaginar las exigencias de mi puesto como jefa de partida de pastelería en un restaurante con la asistencia diaria a las clases del grado superior de Dirección de cocina (más todas las horas de estudio y trabajos que eso conlleva). 'Casualmente' fue acabar las clases, entregar el proyecto final, recibir el título y.... al poco salió una oferta laboral que requería tener esta titulación. Opté y aquí estoy :-)

También hace unos meses estuve en un curso bastante interesante sobre postres de restaurante que la École Alain Ducasse impartió en la Escuela Hofmann de Barcelona. Y es que el oficio de postrera se me ha ido metiendo poco a poco en el cuerpo, cuando empecé mis estudios de pastelería no sabía cuanto me acabaría gustando esta especialidad.

No hay comentarios:
Publicar un comentario